¿Son a priori los modelos explicativos de la selección natural?

La teoría de la selección natural, propuesta por Charles Darwin en el siglo XIX, es uno de los pilares fundamentales de la biología evolutiva. A lo largo de más de 150 años, esta teoría ha sido refinada, ampliada y aplicada en una variedad de contextos científicos. La pregunta de si los modelos explicativos de la selección natural son a priori o no implica una discusión filosófica sobre la naturaleza de las explicaciones científicas y los modelos en biología. Para entender esta cuestión, es necesario adentrarse en la distinción entre modelos a priori y a posteriori, y cómo esta distinción puede aplicarse al contexto de la selección natural.

1. El concepto de modelos explicativos en ciencia

Antes de abordar la cuestión de si los modelos de selección natural son a priori, es importante comprender qué se entiende por “modelo explicativo”. Un modelo explicativo es una representación simplificada de un fenómeno complejo que permite entender, describir o predecir ciertos aspectos de ese fenómeno. En ciencia, los modelos pueden ser matemáticos, computacionales, conceptuales o experimentales, y se utilizan para explicar observaciones y hacer predicciones.

Los modelos explicativos no son simplemente una descripción de lo que se observa, sino que también incluyen una interpretación de los mecanismos subyacentes que causan esos fenómenos. Esto es particularmente importante en la biología, donde los modelos de selección natural tratan de explicar cómo las especies cambian y se adaptan a lo largo del tiempo.

2. ¿Qué significa “a priori” y “a posteriori”?

En filosofía de la ciencia, se hace una distinción entre conocimiento a priori y conocimiento a posteriori. El conocimiento a priori es aquel que se obtiene sin necesidad de recurrir a la experiencia, es decir, se basa en la razón y la lógica. Los juicios a priori son independientes de la observación empírica y se consideran universales y necesarios.

Por otro lado, el conocimiento a posteriori es el que depende de la experiencia y la observación empírica. Los juicios a posteriori se basan en hechos concretos y observaciones del mundo, y pueden variar dependiendo de las circunstancias.

3. Los modelos de selección natural y su relación con la experiencia

La teoría de la selección natural no es una proposición que pueda deducirse de manera a priori, es decir, no es algo que se pueda conocer sin recurrir a la observación de los hechos naturales. Darwin desarrolló su teoría basándose en observaciones empíricas y datos recopilados durante su viaje en el HMS Beagle, donde estudió la diversidad de especies y sus adaptaciones a distintos entornos. La selección natural como modelo explicativo se construyó a partir de la evidencia empírica de la variación entre individuos, la herencia de características, y la lucha por la supervivencia.

Esto sugiere que los modelos de selección natural no son a priori en un sentido estricto. No se derivan de principios lógicos o matemáticos fundamentales sin observación, sino que están basados en la experiencia directa y en los datos empíricos obtenidos de la naturaleza.

4. La selección natural como modelo científico a posteriori

La selección natural es un modelo que se ha desarrollado y refinado a medida que los científicos han recopilado más datos sobre los mecanismos de la herencia genética, la genética de poblaciones y la evolución molecular. Los modelos de selección natural no son hipótesis fijas o estáticas, sino que están en constante evolución a medida que se dispone de nueva información. Esto implica que los modelos de selección natural son, en gran medida, a posteriori, en el sentido de que se basan en la observación y el análisis de datos empíricos.

Además, la selección natural como modelo explicativo ha sido objeto de pruebas empíricas a lo largo de más de un siglo. Se han realizado experimentos en organismos como las polillas de los líquenes, las bacterias, y los guppies, que han proporcionado evidencia directa de los procesos de selección natural en acción. Estos experimentos muestran que la selección natural puede ser observada y medida en el laboratorio y en el campo, lo que refuerza la idea de que los modelos de selección natural dependen de la experiencia y no de principios a priori.

5. El enfoque teórico y a priori en la teoría de la selección natural

A pesar de que los modelos de selección natural se basan en datos empíricos, la teoría misma tiene un componente teórico que puede parecer más cercano a un enfoque a priori. Por ejemplo, el principio de la “lucha por la existencia”, la idea de que los organismos deben competir por recursos limitados, es una noción que se basa en una interpretación general de la naturaleza, más que en una observación específica de un fenómeno concreto. Este principio se puede aplicar de manera general a muchos sistemas biológicos, lo que le da un carácter más abstracto.

En este sentido, algunos aspectos de la teoría de la selección natural podrían considerarse como a priori, en el sentido de que se derivan de principios generales sobre la vida y la competencia. Sin embargo, estos principios no constituyen un modelo a priori completo, ya que deben ser ajustados y verificados en función de los datos empíricos específicos.

6. Los modelos a priori y la biología evolutiva

La cuestión de si los modelos explicativos de la selección natural son a priori también plantea la pregunta sobre la naturaleza de la biología evolutiva como ciencia. Si los modelos de selección natural fueran a priori, esto implicaría que los procesos evolutivos son determinísticos y pueden preverse sin necesidad de observación directa. Esto va en contra de la naturaleza misma de la biología evolutiva, que se basa en la variabilidad, el azar y las condiciones específicas de cada entorno.

La biología evolutiva moderna reconoce que la evolución es un proceso no completamente predecible, en el que interactúan múltiples factores como la mutación genética, la deriva genética, el flujo génico y la selección natural. Esto refuerza la idea de que los modelos de selección natural deben basarse en observaciones empíricas y datos específicos, en lugar de principios lógicos universales.

7. La interacción entre lo a priori y lo a posteriori en la teoría evolutiva

Aunque los modelos de selección natural son, en su mayoría, a posteriori, hay una interacción importante entre lo a priori y lo a posteriori en la evolución de la teoría. Los principios generales de la biología, como la herencia genética y la variabilidad entre individuos, proporcionan una base a priori sobre la que los modelos de selección natural se construyen y se prueban. Sin embargo, estos principios deben ser complementados con datos específicos sobre cómo los genes se transmiten, cómo las especies interactúan con su entorno y cómo las poblaciones evolucionan a lo largo del tiempo.

En este sentido, la teoría de la selección natural no es completamente a priori, pero tampoco es completamente a posteriori. Es una combinación de principios generales, derivados de la lógica y la experiencia previa, y la observación empírica de cómo esos principios operan en el mundo real.


Los modelos explicativos de la selección natural no son a priori en un sentido estricto. Se desarrollan a partir de observaciones empíricas y datos científicos sobre la variación entre individuos, la herencia genética y la competencia por recursos. La teoría de la selección natural se basa en un conjunto de principios generales que pueden parecer a priori, pero estos principios deben ser verificables y ajustados a los datos del mundo real. En última instancia, los modelos de selección natural son una combinación de teorías generales y pruebas empíricas, lo que refleja la naturaleza dinámica y evolutiva de la biología misma.